Me había imaginado una vida completamente distinta a la que me tocó en suerte. No sé si hubiera sido mejor o peor, simplemente era más tradicional, más fácil.
Yo no tengo idea por qué mi vida no se parece a la que me imaginé. Muchas veces me siento como una invitada en mi propia vida. Siento como que tengo que aprender día a día a vivirla, como si hubiera nacido preparada para otra cosa.
Yo estoy sola y a esta altura se que es una elección. El motivo o los motivos que me llevaron a tomar esta elección me los puedo imaginar, sólo eso. No los sé.
Mi intención y más profundo deseo es tener un hijo, pero cuando pienso y me imagino ese, mi gran deseo, siempre me pienso sola.
No voy a hablar de cómo no es lo ideal y de lo bien que me haría tener una pareja y, ni hablar de que un hijo tenga a su papá. Esa parte no me interesa tocarla ahora.
Esta vida que tengo, esta que vivo día a día, me hace sentir orgullosa. Me siento orgullosa de mí porque no es nada fácil y porque se necesita mucho valor.
Veo que a la gente le da pánico estar sola, como si fuera lo peor que les puede pasar. Yo los veo débiles, como si se fueran a caer, dependientes. Y yo no quiero eso para mi.
Amé a tres hombres en mi vida. Pero uno fue el más importante. Después de ese no me pude armar sentimentalmente. Y esa es mi realidad. A lo mejor algun día se da, sucede y punto. O no. En este momento no me importa.
En cuanto a hombres tengo lo que quiero (aunque me gustaría tener un poquito más).
Habrá que ver como sigue la vida.
lunes, 7 de junio de 2010
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